... el largo y solitario viaje por los caminos intrincados de la canción |
Por Rafa Lorenzo
Mediados los años setenta, yo era un mozo de Tineo, con una guitarra bajo el brazo y muchísimas ilusiones puestas en las primeras canciones. Me presento a un festival que por primera vez se celbraba en Gijón, en una discoteca céntrica que le daba nombre al galardón y que entonces pretendía ser "el Festival de Benidorm del norte de España". Obtuve el "Dragón de plata" entre más de cuarenta participantes, sólo el dúo, "P'Adelante" (Felipe y Bottamino) me superaron con el "Dragón de oro".
Durante aquella primavera, en tiempos predemocráticos, las diez mil pesetas en metálico y la placa que hoy preside mi escritorio fueron aliciente y el empujón necesario para que aquel tímido rapaz tinetense emprendiera en solitario el largo viaje por los intrincados caminos de la música y la canción.
Venía de actuar en los escenarios de mi Tineo natal, y traía a mis espaldas el bagaje de dos años de experiencia en las romerías y verbenas del ocidente asturiano, como componente fundador del "conjunto" "Jekes", trasnochando los bailes de moda a lomos de una guitarra eléctrica prestada y un equipo de sonido de cuarta o quinta mano.
El primer día de mi participación en el Festival del Dragón, nada más cantar una canción dedicada a los vaqueiros se acercaron al camerino dos paisanos, barbudos y recios, con el interés de conocer más a fondo lo que venía haciendo y las ideas que tenía al respecto de la música asturiana; eran Avelino López y Manolín Fernández, "el nietu Celo Xuan". Desde ese momento me integraba en el incipiente Nuevu Canciu Astur, porque como ellos y otros mozos cantautores y músicos asturianos, Carlos Rubiera, Manolo González, "Nel Xiblata"; Chus Pedro y Manolo, "Camaretá/Nuberu", escribía y cantaba canciones en asturiano, reivindicaba derechos democráticos y criticaba las injusticias sociales, laborales o políticas en un tiempo en que la censura ni dejaba ni permitía que se alzase la voz más allá de los parámetros fascistas que perduraban, aunque ya se hubiese muerto el dictador.
En la revista "Asturias Semanal", número 371, del mes de junio de 1976, en la página que editaba semanalmente Conceyu Bable, se da cuenta de una actuación del Nuevu Canciu, en Candás; participábamos Manolín Frnández, Avelino y Rafael Lorenzo. Desgranamos nuestras particulares creaciones, a veces en castellano, la mayor parte en asturiano central y occidental porque, desde que me integré en el movimiento musical que comanda "el nietu Celo Xuan", la "che" vaqueira y las ce haches, las diptongaciones acentuadas, las vocales largas y los femeninos en "as", etcétera, van a estar presentes en estos recitales. Resaltaba el añorado semanario en la crónica de aquel concierto la importancia de este hecho: bable occidental y bable central juntos y de la mano del Nuevu Canciu por toda Asturias.
Fui entonces el único compositor que escribía en asturiano occidental -también en castellano- y el único componente del Nuevu Canciu que defendió y difundió "la fala" de sus ancestros enraizados en aquellos "paesicos" ascendientes de los vaqueiros de alzada, el único que disfrutó del reconocimiento de muchos asturianos por este hecho. A veces también tuve que padecer los rigores de la crítica caciquil de su entorno y aun más la incomunicación social, mediática y viaria que hasta hace bien poco padecía el ala asturiana secularmente más desvencijada, marginada y colgada del ostracismo centraliego y estatal.
Por suerte desde hace unos pocos años para acá, han venido apareciendo nuevos nombres que se suman en esto de cantar y musicar letras nacidas al amparo de estas intrincadas tierras entre el Eo y el Narcea. En este sentido he de citar, entre otros, el de la canguesa Marta, de "Felpeyu": el del belmontino Ambas, de "Narba", mucho más reciente, de ahora mismo, del cangués Pedro Pereira, un cantautor de Xedré que acaba de editar su primer disco, y ya cosecha excelente éxito. Todos cantando en asturiano occidental, ayer como hoy unidos en la defensa a ultranza de las tradiciones y de la "fala" que nos identifica y nos distingue.
Van a cumplirse ahora treinta años de Conceyu Bable, y el que viene, será también la treintena del Nuevu Canciu Astur. Algunos de aquellos chavales que cantaban y entregaban el alma y la voz defendiendo sus principios lingüísticos y progresistas se quedaron en el camino; otros, la mayoría, continúan dando el callo, componiendo y adaptando sus letras y sus miradas musicales al acontecer diario y cotidiano, poniendo en solfa lo exaltable y criticable, sin perder la frescura de aquellos tiempos que se van alejando, pero con el oficio que dan las canas, la veteranía y la madura sensatez de sentirse desde siempre comprometidos con algo tan imprescindible como la dignidad y el arraigo de nuestra lengua y nuestra singular cultura, la de todo el Principado y por ende la del occidente astur, como es el caso de éste de Tineo.