El cantautor de Tineo regresa al mercado con «Primos hermanos», una cuidada obra en CD que certifica los vínculos del poeta con Asturias
3 de octubre de 2007 |
El pasado mes de mayo, desde el suplemento cultural semanal «La Nueva Quintana» de este diario, el cantautor Rafael Lorenzo (Tineo, 1956) avanzaba todo cuanto había acontecido alrededor de «Primos hermanos», último de sus discos que acaba de ser publicado por la Editora Discográfica del Principado.
La idea de grabar por vez primera y unidos los «Seis poemas galegos» de Lorca surgió en un viaje a Lugo, cuando, el pasado año, se quiso recordar en homenaje el nonagésimo aniversario de la primera estancia del poeta universal en la amurallada villa gallega y los setenta años cumplidos de su asesinato.
Rafa Lorenzo fue invitado a dicho homenaje y «quise», dice, «interpretar mi versión de uno de sus poemas. Elegí "Cidade de Santiago" sabiendo poco después que ya habían hecho versiones preciosas "Luar na Lubre" ("Chove en Santiago") y que también habían cantado a Lorca ilustres voces como la de Amancio Prada, Ismael Serrano y otros autores incluso extranjeros». «Decidí entonces», matiza Lorenzo, «atreverme a reunir por vez primera los "Seis poemas galegos" completos pidiendo permiso a la Fundación Lorca».
Quedan plasmados así en «Primos hermanos» el citado «Cidade de Santiago», «Cantiga do neno da tenda», «Canzón para Rosalía», «Nosa Señora da Barca», «Noiturno do adolescente morto» y «Danza de Lúa».
Sobre la cuidada y detallada edición del disco, Rafael Lorenzo explica que «sólo se pulieron desde mayo algunos elementos técnicos específicos para cada canción, pero el encarpetado y la grabación finales contienen lo perseguido desde el nacimiento de la idea y estoy muy contento con el resultado».
Un elegante y nítido diseño de Samuel Castro ilustra «a modo lorquiano» el libreto, y las fotografías de Rafa Lorenzo y Lorca miran al oyente desde la primera página del mismo, donde se incluyen fotografías tan significativas como las de la actuación del grupo teatral del poeta, «La Barraca», en la plaza del Fontán de Oviedo, el 4 de septiembre de 1932, y la hecha en el restaurante Los Monumentos: «Ahora que se acaban de cumplir setenta y cinco años de esta última actuación de "La Barraca" en Asturias», dice Rafael Lorenzo, «quiero seguir investigando para saber quiénes eran todos y cada uno los asturianos que figuran junto a Lorca en esa fotografía, porque hay muchos nombres confundidos. Ya tengo identificados a muchos de los presentes, pero quiero saber de todos y cada uno de ellos ya que he quedado muy prendado de aquella época de Lorca aquí en Asturias y casi final de su vida».
«Primos hermanos» viaja en el tiempo y lleva a una relación musical de Lorca con Asturias a través de Torner e, incluso, a un viejo disco de «La Argentinita» de 1931 donde en «Aires de Asturias» había una añada del poeta granadino cantada en castellano. «No estoy muy seguro», dice Rafa Lorenzo, «de por qué se denominó "Aires de Asturias", porque creo que son piezas muy castellanas, y con esto no quiero decir que, como en mis anteriores discos, yo deba cantarlo todo en la lengua asturiana del Occidente que tanto amo y que es mi lengua natural. Canté en su momento al poeta Camín en castellano y aquí, en este disco, respeté el lenguaje gallego con el que el poeta escribió las piezas y a las que luego se puso música». Lorenzo matiza: «El resto del disco mantiene la línea argumental y, siendo temas míos, están interpretados en la lengua con la que hablo y canto. "Primos hermanos" hace unión, como se puede ver, entre las tierras gallegas y astures, entre sus lenguas, con su música común y con Lorca como excusa y como nexo».
Trabajo constante, y no tanta inspiración, hizo posible que los poemas «se muestren naturales, cercanos, llanos y directos; populares», explica Lorenzo, «y huyendo de la lírica o del "folk de cámara" con el que "Luar na Lubre", por ejemplo, hizo su versión». «Me gusta que Lorca sea cantado en las tabernas o en los chigres como lo es -o lo fue- nuestra tonada. Esto no debe parecer chocante porque son poemas muy musicales y creo que convencerán a la gente que desee escucharlos al completo. Me gusta pensar que, de ser asturiano, Lorca habría nacido vaqueiro».
Cálidas habaneras, por ejemplo, envuelven parte de estos versos del más sentido Federico. Otros seis temas más, reafirmando el citado giro musical perseguido aquí por Lorenzo, son nexo y continuación de los «Seis poemas galegos» de Lorca. Un descanso tomado por el intérprete en Granada para visitar la casa de verano del poeta le inspiró «Huerto San Vicente», y con «La casina» el tinetense hace memoria de infancia. «Mondiego Diegomón» nació tras conocer a un peculiar gitano. «Pedro Meleiro», del maestro Torner, está interpretado al piano por Carlos Rubiera. «Vaqueiras del maltratu» condena la violencia «de género». También con Carlos Rubiera se interpreta «Dulce añada», sabiendo que Lorca realizó versos como canciones de cuna. Finalmente, en «Campo San Francisco» ahonda en el mundo de la emigración.
Fuente: La Nueva España