Es esta grabación, una joya que me regala el gran musicólogo asturiano, Héctor Braga, cantante y maestro de la zampoña o el rabel. Son viejos cantares vaqueiros desde el anonimato de una voz brañera muy antigua que desprenden el olor a "cuito" y a la alzada inquieta; a la clandestinidad de aquellos tiempos marginales, ventilados solo cuando las celebraciones festivas permiten voces altisonantes como esta, denostando a las claras el gracejo inconfundible de una estirpe sana y vital, a pesar de la intolerancia de tantos xaldos ilusoriamente creídos superiores por su condición de asiento y villanía. Si es un hijo de Rogelia, de sangre o de oficio, trasmite fiel y admirablemente la lección magistral a quienes aun en los albores de esta ciencia, buscamos la piedra filosofal de lo auténticamente vaqueirizo. Rafa Lorenzo